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Piel y sol: ¿cómo afectan los rayos UVA, UVB y la luz HEVIS a la piel?

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Tomar el sol con moderación puede ser benéfico, pero la sobreexposición puede dañar la piel, tanto en la superficie como a nivel celular. En este artículo exploramos los diferentes tipos de rayos que conforman la luz solar, sus efectos positivos y negativos sobre la piel, y los factores que influyen en cómo reacciona tu piel al sol.

¿De qué está compuesto el sol?

La luz solar está formada por un espectro de rayos: luz visible, luz ultravioleta (conocida comúnmente como UV) y luz infrarroja. La luz se mide en longitudes de onda, que se expresan en nanómetros (nm) o milímetros (mm). Cada tipo de rayo en este espectro tiene una longitud de onda distinta.

Luz visible

La luz visible representa aproximadamente el 50% del espectro solar y, como su nombre lo indica, es la única parte de la luz que el ojo humano puede percibir. Su rango de longitud de onda va de los 400 a los 760 nanómetros (nm). La parte del espectro más cercana a los 400 nm —en la gama azul/violeta— tiene un nivel de energía particularmente alto y se conoce como luz visible de alta energía (HEVIS) o HEVL, por sus siglas en inglés.

Rayos UV

La luz ultravioleta no puede ser percibida por el ojo humano y se presenta en tres formas: UVA (ultravioleta A), UVB (ultravioleta B) y UVC (ultravioleta C).

Este tipo de luz tiene una longitud de onda más corta que la luz visible. Los rayos UVC, con longitudes de entre 100 y 290 nanómetros (nm), son los más cortos y, afortunadamente, son bloqueados por la atmósfera terrestre, por lo que no alcanzan la piel. Por otro lado, los rayos UVA y UVB tienen longitudes de onda que van de los 280 a los 400 nm, siendo UVA más larga que UVB. En conjunto, representan alrededor del 5% de los rayos solares.

Los rayos UVA son menos intensos que los UVB, pero están presentes en mayor cantidad: entre 30 y 50 veces más. Además, se mantienen constantes a lo largo del día y durante todo el año, con una intensidad relativamente uniforme. En cambio, los rayos UVB varían a lo largo del día y alcanzan su punto más alto al mediodía. Ambos tipos atraviesan casi sin obstáculos las nubes e incluso la contaminación del aire.

Luz infrarroja

Los rayos infrarrojos A y B tienen una longitud de onda más larga, que va de los 760 nm a 1000 nm (1 mm), y al igual que los rayos UV, no son visibles para el ojo humano. Representan el 45% restante del espectro de luz solar.
Tipos de rayos UV y sus efectos en la piel

¿Cómo afectan los distintos rayos del sol a la piel?

Cómo elegir un protector solar
Tomar el sol con moderación puede ser benéfico, pero una exposición excesiva a la radiación solar puede dañar la piel. Las quemaduras solares, el fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro causado por el sol), la hiperpigmentación y las alergias solares son algunos ejemplos visibles de este daño, aunque también puede haber efectos más profundos, como daño en el ADN a nivel celular.

Los principales responsables del daño solar en la piel son los rayos UV (UVA y UVB), aunque la luz visible de alta energía (HEVIS) también puede generar estrés adicional en la piel.

Cada tipo de rayo afecta la piel de forma distinta:

¿Cómo afectan los rayos UVB a la piel?

Los rayos UVB le dan a la piel la energía necesaria para producir vitamina D y estimulan la producción de melanina, que es lo que genera el bronceado. Aunque no penetran tan profundamente como los rayos UVA —solo alcanzan las capas más externas de la piel (la epidermis)—, son los que provocan daños más inmediatos, como las quemaduras solares, y pueden hacer que la piel se engrose temporalmente.

Los rayos UVB son absorbidos directamente por el ADN celular, lo que puede derivar en enfermedades como la queratosis actínica e incluso cáncer de piel.

Además, los rayos UVB, al igual que los UVA y la luz HEVIS, pueden desencadenar hiperpigmentación.

¿Cómo afectan los rayos UVA a la piel?

Los rayos UVA penetran en las capas más profundas de la piel (la dermis). Estimulan la producción de radicales libres, lo que genera estrés oxidativo y puede provocar daño indirecto al ADN (es decir, los radicales libres modifican el ADN celular con el tiempo).

Los rayos UVA están relacionados principalmente con:
Fotoenvejecimiento (envejecimiento prematuro de la piel causado por el sol)
Alergias solares, como la erupción polimorfa lumínica (EPL)
(Los rayos UVB también pueden provocar alergias, pero en menor medida)
Hiperpigmentación, como las manchas solares o manchas de la edad

Atención

Los rayos UVA y la luz HEVIS interactúan con las células de la piel y generan radicales libres. Estos radicales libres son moléculas de oxígeno altamente reactivas, también conocidas como ROS (por sus siglas en inglés: Reactive Oxygen Species).

El cuerpo utiliza antioxidantes para neutralizar estos radicales libres potencialmente dañinos. Sin embargo, cuando hay un desequilibrio entre la cantidad de radicales libres que se producen y la capacidad del cuerpo para combatirlos, estos comienzan a dañar las células en un proceso conocido como estrés oxidativo.
Los efectos de la luz solar sobre la piel

Los efectos negativos del sol en la piel: envejecimiento prematuro

El envejecimiento de la piel es un proceso completamente natural, pero cuando ocurre de forma prematura, la piel puede comenzar a perder firmeza y desarrollar arrugas antes de tiempo.

Por ejemplo, entrecerrar los ojos por la luz del sol acentúa las líneas de expresión, como las “patas de gallo”, y otras arrugas expuestas del rostro —como los pliegues nasolabiales o las líneas de marioneta— se marcan más si no hay protección adecuada.

Se estima que hasta el 90% del envejecimiento prematuro de la piel es causado por el sol, y a este fenómeno se le conoce como fotoenvejecimiento.

El daño directo al ADN provocado por los rayos UVB contribuye a este proceso, pero la principal causa es el estrés oxidativo generado por los rayos UVA y la luz HEVIS.

Los radicales libres que se generan no solo alteran las células de la piel, sino que también degradan el colágeno y la elastina, dos componentes clave para que la piel luzca firme, tersa y con volumen. Como resultado, se forman arrugas, la piel pierde densidad y aparecen manchas solares o manchas de la edad antes de lo esperado.

¿Te interesa saber más? Consulta:
Fotoenvejecimiento: ¿qué lo causa y cómo puedo prevenirlo?
 Ramos-e-Silva et al., ‘Anti-aging cosmetics: Facts and controversies’. Clin Dermatol. 2013 Nov-Dec; 31(6): 750-8.

¿Cuáles son los efectos positivos del sol en la piel?

Es bien sabido que el sol puede mejorar nuestro estado de ánimo, y que la falta de exposición solar puede llevar a una deficiencia de vitamina D e incluso a trastornos como la depresión estacional o SAD (Seasonal Affective Disorder). De hecho, ambos efectos podrían estar relacionados.

Efectos positivos del sol en la piel: Vitamina D

La luz solar es una fuente importante de vitamina D, un nutriente esencial para varios procesos vitales en nuestro cuerpo. Contribuye a mantener los huesos fuertes y puede incluso reducir el riesgo de depresión.

Efectos positivos del sol en la piel: mejora del estado de ánimo

Estudios han demostrado que la producción de serotonina en el cerebro está directamente influenciada por la cantidad de luz solar que recibe el cuerpo durante el día. Los niveles de serotonina suelen ser más altos en días soleados que en días nublados o grises.

La serotonina es una sustancia química del cerebro que regula el estado de ánimo y está asociada con sensaciones de bienestar y felicidad.

Por otro lado, cuando las personas tienen una exposición reducida al sol, como suele pasar en invierno en ciertas regiones, pueden presentar síntomas como depresión, dificultad para concentrarse, baja energía o cansancio excesivo, y una necesidad constante de dormir. Esta combinación de síntomas se conoce como trastorno afectivo estacional (SAD).

¿Cuáles son los efectos negativos del sol en la piel?

La exposición excesiva a la radiación solar no solo daña la piel, también puede afectar nuestra salud en general. Estos son algunos de los problemas más comunes que puede causar:

Efectos negativos del sol en la piel: quemaduras solares

La quemadura solar es la forma más común de daño solar y es provocada por los rayos UVB. Se manifiesta con piel enrojecida, sensible e incluso con ampollas.

Los síntomas pueden tardar hasta cinco horas en aparecer después de la exposición.

La buena noticia es que hay formas de prevenir y tratar las quemaduras para mantener tu piel saludable por más tiempo.

Efectos negativos del sol en la piel: hiperpigmentación

La hiperpigmentación ocurre cuando hay una producción excesiva de melanina, el pigmento natural que le da color a la piel. Esta sobreproducción genera un tono de piel disparejo y puede ser provocada por distintos factores, aunque el más común es la sobreexposición al sol.

Los rayos UVA, UVB y la luz HEVIS están relacionados con problemas de pigmentación y pueden contribuir a la aparición de condiciones como las manchas de la edad (también conocidas como manchas solares) y el melasma.

¿Quieres saber más? Consulta:
Hiperpigmentación: ¿qué causa las manchas oscuras y cómo puedo reducirlas?

Efectos negativos del sol en la piel: alergias solares

Algunos estudios sugieren que la tendencia a desarrollar alergias solares tiene un componente genético, aunque se estima que el 80% de los casos son provocados por los rayos UVA.

Cuando existe esta condición de base, el sistema inmunológico reacciona frente a las zonas de piel que han sido alteradas por el sol, generando una erupción o sarpullido.

Efectos negativos del sol en la piel: enfermedades cutáneas

Los rayos UVB, responsables de las quemaduras solares y del daño directo al ADN celular, pueden —en los casos más graves— derivar en enfermedades de la piel como la queratosis actínica (manchas secas, rojas o marrones, con textura escamosa, que pueden ser molestas pero no son peligrosas si se tratan a tiempo) y en cáncer de piel.

Médicos y dermatólogos advierten cada vez con más fuerza sobre la relación directa entre la exposición al sol y el cáncer de piel. Existen tres tipos principales:

  1. Carcinoma basocelular: Aparece como pequeños bultos rosados o rojos, brillantes y de crecimiento lento. Se localiza con mayor frecuencia en el rostro, cuero cabelludo, orejas, manos, hombros y espalda.

  2. Carcinoma de células escamosas: Suele manifestarse como un bulto rosado, con una superficie dura o escamosa. Es más común en zonas expuestas al sol como rostro, cuello, labios, orejas, manos, hombros, brazos y piernas.

  3. Melanoma: Es el tipo de cáncer de piel más grave. El primer signo suele ser la aparición de un nuevo lunar o un cambio en un lunar existente. Los melanomas tienden a tener una forma irregular, varios colores y un tamaño mayor a 6 mm. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, aunque son más comunes en la espalda, piernas, brazos y rostro.

Si notas algún lunar o bulto extraño en tu piel, consulta a tu médico lo antes posible.

¿Qué factores determinan cómo afecta el sol a la piel?

Existen diversos factores, tanto externos como internos, que influyen en la forma en que nuestra piel reacciona a los rayos solares.

Factores externos que influyen en cómo la piel reacciona al sol

Factores que influyen en la exposición a los rayos UV
La ubicación geográfica, la estación del año, el clima y la hora del día afectan directamente la intensidad de los rayos solares.

Además, el tiempo que pasamos expuestos al sol y la manera en que protegemos nuestra piel juegan un papel clave en la salud cutánea, ya que pueden ayudar a reducir los efectos negativos del sol.

Descubre cómo cuidar mejor tu piel en este tema:
¿Qué es el FPS?

Factores internos que influyen en cómo la piel reacciona al sol

Cada tipo de piel responde de forma distinta a la exposición solar. Estos son algunos factores personales que pueden marcar la diferencia:

  • Tono de piel:
    La piel clara suele ser más propensa a las quemaduras solares, mientras que la piel más oscura tiende a desarrollar con mayor facilidad hiperpigmentación.
  • Edad:
    La piel de los niños y la piel madura es más delgada y frágil, por lo que es especialmente sensible al daño solar.
  • Zona del cuerpo:
    Algunas áreas, como el rostro, cuello, escote, brazos y manos, están más expuestas al sol que otras partes del cuerpo, por lo que requieren mayor protección.
  • Tipo de piel:
    La piel grasa o con tendencia al acné tiene necesidades de protección solar distintas a las de una piel seca.
  • Condición de la piel:
    El sol puede desencadenar alergias solares, y personas que toman ciertos medicamentos, o que han tenido tratamientos como peelings químicos o láser, pueden notar que su piel está más sensible a la luz solar.

Protección solar Eucerin

Protección solar superior adaptada al tipo y estado de la piel.

Diseñada para adaptarse a diferentes necesidades y condiciones de la piel, la línea solar de Eucerin ofrece:

  • Tecnología Avanzada de Espectro Amplio: Filtros UVA/UVB de amplio espectro y fotostables que brindan una protección superior, combinados con Licochalcona A, un antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres provocados por la luz UV y la luz HEVIS.
  • Protección adicional del ADN: El Ácido Glicirretínico apoya el mecanismo natural de reparación del ADN de la piel, brindando protección a un nivel celular más profundo.
  • Productos para rostro y cuerpo adaptados a tu tipo de piel: Con texturas agradables y fórmulas pensadas para tu preocupación principal, ya sea sensibilidad, acné, manchas o piel seca.

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