La máxima multifuncional, la piel desempeña muchos otros papeles, esenciales para nuestra salud y bienestar:
Regulación de la temperatura: La piel transpira para enfriar el cuerpo y contrae el sistema vascular en la dermis para conservar el calor.
Control de sensibilidad: Las terminaciones nerviosas de la piel hacen que sea sensible a la presión, la vibración, el tacto, el dolor y la temperatura.
Regeneración: La piel es capaz de reparar heridas.
Fuente de alimento: Las células adiposas del subcutis actúan como unidades importantes de almacenamiento para nutrientes. Cuando el organismo los necesita, pasan a los vasos sanguíneos circundantes desde donde son transportados hasta el lugar donde se requieren.
La piel desempeña también un importante papel psicológico. Dado que se trata del indicador de salud más visible, el estado de nuestra piel afecta el modo en que la percibimos y como nos perciben los demás. Cuando la piel está sana y carece de problemas es capaz de realizar mejor su tarea y nos sentimos más cómodos y confiados.